domingo, 30 de enero de 2011

Capitulo 5

Capitulo 5
La primer noche juntos
 Frankie
Llegamos al hotel donde nos quedábamos esa noche, Gerard y yo nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones sin siquiera dirigirnos la palabra…
Entre a mí habitación y me tumbe en la cama, quedé dormido casi instantáneamente porque estaba bastante cansado y agotado por las pelea y el hecho de que G me estuviese ignorando,  hace días que no dormía más de 3 horas seguidas.
El sueño era profundo y creí que estaba soñando cuando me desperté sintiendo una fuerte punzada debajo de mi ombligo, abrí los ojos y vi una cabellera roja que estaba bajando rápidamente hacia mi miembro, era Gerard que me había mordido, se encontraba arrodillado al pie de mi cama,  él se había metido sigilosamente  a mi habitación mientras yo dormía, casi instantáneamente yo ya la tenía parada, lance un chillido de placer, él lo escucho y levanto la  cabeza me miro y sonrió, yo no entendía nada, esa noche habíamos tenido una fuerte pelea, casi nos íbamos a las manos, hace días que ni nos hablábamos y ahora él está haciendo esto…
No puedo creer que esta sea nuestra primera vez… creí que iba a ser más romántico, no se… -pensé- tal vez soy un poco cursi, pero siempre lo vi como el hombre de mis sueños, pero igual no me importaba el hecho de que él se hubiese metido así de sorpresa a mi habitación, lo único que me importaba era que lo tenía ahí conmigo.
Aunque las luces estaban apagadas podía ver sus movimientos gracias a la luz que se colaba a través de las rendijas de la persiana.
Vi como sus manos, pálidas y gigantes comparadas con las mías, se apresuraban y sus dedos casi chocaban torpemente  apurados por desabrochar la hebilla de mi cinturón, quise ayudarlo pero me tomó el brazo y lo coloco exactamente donde lo tenía antes.
Continúo con lo que estaba haciendo, finalmente abrió la hebilla  y yo agradecí al cielo que lo haya hecho de una vez!!
-yo nunca había hecho esto con otro hombre, pero con él se sentía tan natural, éramos el uno para el otro, no había un ser más perfecto que me complemente como lo hacíamos nosotros dos.
Estaba con el hombre de mis sueños, el que me hacía suspirar, el que había esperado tanto tiempo, y aun así no podía evitar ponerme nervioso.
Temblaba de excitación y de nervios a la vez
Le susurre al oído jadeante: tus caricias hacen que mi piel arda en llamas, me prendes fuego
El sonrió y me volvió a besar con fuerza,
-Gee.. Le pregunte
-si?
-Está bien lo que estamos haciendo?  Está bien estar con una persona del mismo sexo? – A lo que vos respondiste con un sí ROTUNDO- y evacuaste todas mis dudas, y yo me deje llevar por la situación ya sin pensarlo, solo sintiendo todas estas cosas lindas que me estaban pasando, que no había sentido nunca ni siquiera en mi primera vez con una mujer.
-espere este momento hace tanto tiempo Gerard, no pude evitar decirle
-shh, cállate no digas nada… no lo arruines
No entendí lo que me quiso decir pero igualmente le hice caso, no quería hacer nada para distraerlo de lo que estaba a punto de hacerme.
Me saco el cinturón para que no nos moleste y bajó mi pantalón hasta las rodillas, volvió su cabeza hacia mi entrepierna y comenzó a mordisquearme  por arriba del bóxer, no podía describir lo que era esa sensación, yo ya estaba todo mojado, Gerard sonrió al ver el efecto que me estaba causando
-Y eso que todavía ni empezamos –Me dijo dirigiéndome una de sus tantas sonrisas irónicas
Comenzó a lamer mis muslos y a meter la mano por debajo de mi bóxer, aprovechando que este me quedaba bastante suelto, en eso sentí como algo carnoso y húmedo comenzaba a rozarme, Gerard se las había ingeniado para meterme la lengua por un costado sin siquiera sacarme el bóxer, cuando yo ya no daba más le grite:
-Por favoorr hacelo de una vez!! chupamelaa!
Te dije que te calles! Acá las órdenes las doy yo!
-Me grito, pero yo ya no tenía ganas de que me diera órdenes
Aprovechando que había hecho una pausa en lo que estaba haciendo para gritarme se me ocurrió tomar el control un rato, me incorpore de la cama arrastrado por la calentura que me estaba causando, lo tome de los hombros haciendo que él también se ponga de pie, lo tire suavemente contra la pared y me acerque como un vampiro a su cuello, extasiado por el sudor que salía de su piel,  le respire intensamente exhalando una bocanada de aire caliente que lo hizo temblar, le lamí desde la oreja hasta donde comenzaba la clavícula, estirando lo más que podía el cuello de la remera que llevaba puesta sin romperla.
Lamí toda la parte de piel que no estaba cubierta por la remera, baje por su cuerpo besándolo y me escurrí entre  sus piernas, mis dedos eran mucho más agiles que los suyos y en un santiamén ya había hecho volar su cinturón y sus pantalones, le baje el bóxer, el de él era negro y ajustado, y sin dudarlo un segundo me lleve su miembro a la boca, el seguía apoyado contra la pared, sus rodillas temblaron y casi se resbala, tuvo que sostenerse de mis hombros para no caer.
El tomo mi cabeza y la empujo delicadamente pero con firmeza hacia su cuerpo, marcando el ritmo del placer oral que le estaba dando, lamí y chupe todo lo que podía , su erección era tan grande que apenas cabía en mi boca, chupé vena por vena sin dejar un centímetro de piel sin humedecer con mi lengua, sin mordisquear con mis dientes, como vi que él ya estaba a punto de acabar tuve que frenar y contenerme, no pensaba dejar que se corra sin que antes se meta bien adentro mío.
Ya totalmente loco por lo que le había hecho sentir, me tomo con ambas manos de la cola y me subió arriba de él, yo quede entrelazando mis piernas a su cintura, me sentía como un osito koala agarrándolo a él que seguía de pie y así me podía tener alzado sin ningún esfuerzo, nuestras respiraciones eran aceleradas, nos mirábamos las bocas ya sin poder aguantar más, no pude  resistir el mirarlo a los ojos y sonreír, él estaba tan exquisito esa noche, su piel blanca como la luz de la luna, el contraste que hacía con su pelo de color rojo fuego, el mismo color que sus labios, los olores del otro en nuestras respectivas bocas,  sentir su respiración así, jadeante, y sus ojos posados fijamente en mi boca, a milímetros de  mis labios hizo que ya no me aguante más y me abalancé sobre él. Finalmente  nos besamos, no podía creer que este era nuestro primer beso a solas.
-Sí, es gracioso ahora recordarlo, nos dimos sexo oral antes de haber tenido nuestro primer beso, recuerdo su olor en mi boca y el mío en la suya y siento que puedo volver a acabar con solo pensarlo,  en fin, eso describe perfectamente nuestra relación, nada normal, sin reglas y demasiado apasionada.
Abrió tanto la boca como con intención de comerme, tomo mi rostro con ambas manos y revolvía mi cabello con tanta fuerza mientras me besaba que parecía que me quería arrancar la cabeza.
Se fue agachando hasta dejarme en la punta de la cama, yo me fui yendo hacia atrás para hacerle lugar, él se fue recostando lentamente arriba mío, todo esto sin dejar de besarme, y comenzó a quitarme la ropa, yo empecé a hacerle lo mismo.
Te inclinaste sobre mí y me dijiste al oído: -déjame hacer todo a mí – yo sentí como todos mis pelos se erizaban
Empezaste a besarme el cuello –como me vuelve loco ese escorpión-  gritaste, bajaste por mi pecho mordisqueándolo y provocándome gemidos de placer, volviste a bajar y me comiste de nuevo, AWWW!!!  Grite, subías y bajabas la cabeza frenéticamente te, yo me incorpore para besarte pero de un golpe seco me tumbaste en la cama, me agarraste de los pies y los subiste a tus hombros
-me puse rojo de vergüenza porque ya sabía lo que venía a continuación
-estás listo? –me dijiste
-No sé en qué momento acordamos que yo fuera la mujer de la relación
-por favor Frankie, es obvio- dijiste entre risas
Pero yo inconscientemente cerraba las piernitas, era un actorreflejo del miedo que me provocaba mi primera vez con un hombre, y más que ese hombre sea el, era tan difícil relajarme por más que ansiaba hacerlo.
-Me dijiste, relájate , nada malo va a pasarte, estoy acá con vos para cuidarte y hacerte sentir  lo más lindo que te pueda haber pasado Frankie, acaricio mi rostro y me volvió a besar.
Sus dulces palabras me relajaron , mis piernas comenzaron a aflojarse, mi cuerpo se entregó completamente al deseo y la pasión, deje que el hiciera lo que quisiera de mí, confiaba demasiado en ese hombre y en el sentimiento tan profundo que me unía.
-ok, hagámoslo pero tene cuidado –Le dije
-Confía en mí, por supuesto que te voy a cuidar, y también prometo que te va a gustar, dijiste,
Deslizaste tu mano por mi entrepierna y comencé a sentir  tus dedos dentro mío, te agarre con una mano de los pelos y te atraje hacia mi besándote con desesperación, vos seguías preparándome para el momento que tanto habíamos esperado, lo hacías cada vez más rápido, no podía creer lo que me había estado perdiendo hasta ese momento, retiraste  tu mano y comenzaste a introducir lentamente tu miembro, cerré los ojos y me gritaste
-Mírame!!
Te hice caso, te mire a los ojos, vos te mordiste los labios y los mojaste con tu lengua
-Por Diosss este tiene que ser el hombre más sensual sobre la tierra –pensé
-estas preparado? Me dijiste
-Ajá… - no lo dude ni por un segundo-
Empujaste con fuerza haciéndome lanzar un grito de placer y dolor, empezaste con movimientos lentos y luego cada vez rápido, arqueaste mi espalda  y elevaste mis caderas para que entrara lo más profundamente posible, yo estallaba de placer, vos seguías embistiendo cada vez más fuerte entrando bien profundo en mí, las gotas de sudor chorreaban de tu cuerpo mojándome a mí también, cada vez que una gota nueva caía en mi sentía mi piel arder, así seguimos durante un largo rato, el mundo de afuera no existía, de repente te saliste de mí y me diste vuelta, yo no me resistí, te recostaste sobre mi espalda, como describir con palabras lo que era sentirte todo mojado arriba mío, de nuevo me la metiste pero esta vez también empezaste a masturbarme, haciéndome acabar en menos de un minuto, segundos más tarde vos también acabaste dentro mío, nuestros gritos se fundieron y creo que todo el hotel nos escuchó, nosotros reímos, no nos importaba nada…

No hay comentarios:

Publicar un comentario