“Podrías decir que soy un soñador, pero sé que no soy el único”
Cuando llegamos al hotel Frank se dirigió de inmediato hacia su habitación, yo lo seguía en silencio por el largo corredor, abrió la puerta y me pregunto si quería que lo acompañe, a lo que por supuesto respondí afirmativamente.
Se recostó con tranquilidad en la cama y comenzó a escribir sin parar, yo me senté en la orilla del escritorio de enfrente, hamacando las piernas en el aire y chasqueando los dedos… supongo que de nervios… además las palmas de las manos también me sudaban. Luego de un rato deje de hacer todos aquellos movimientos y ya solo lo miraba… su mano iba y venía rápidamente, desde aquí se notaba como el azul de la tinta de su lapicera llenaba hasta atiborrar de palabras las hojas del enorme bibliorato con los pensamientos que Frank había convertido en palabras.
Cuando empecé a pensar en lo que el médico le había dicho no pude evitar sentir la
desesperación, esa que siempre me venía de la peor manera, la de la puntada en la cabeza, y las incontenibles ganas de llorar… empezaba a asimilar que quedaba tan poco tiempo para pasar a su lado me daba tantas impotencia, pero no podía, no podía quebrarme con él al lado… estaba tranquilo y no quería agobiarlo.
Frank noto que comencé a intranquilizarme y paro de escribir.
-Te amo sabias? –me dijo y arrojo un beso al aire-
Cuando hizo eso me dio ganas de ir directo a su lado en la cama, me senté y le sonreí, él también sonreía… me miro con sus enormes ojazos, se inclinó sobre mí y me beso en la punta de la nariz.
-Jeje… que haces Frankie?
-Me gusta mucho tu nariz… es como de príncipe… así toda “paradita”
-Y a mí me gusta la tuya, y tus cejas arqueadas, y tus mejillas rosadas, y tus labios finitos, y tus ojos, Dios mío ese par de ojos…
-“Dios mío” Gee? Desde cuando crees en Dios?
-Desde nunca, y menos que menos ahora –le dije con un evidente tono molesto en la voz-
-Sabes… yo si estoy empezando a creer… y siento que esto es una prueba, para ver si somos fuertes, si de verdad nos amamos tanto como para que ni la muerte nos pueda separar
-Frank, yo no, yo no soy fuerte- le dije cuando la desesperación ya desbordaba de mi ser y comencé a llorar a mares, me arrodille en la cama hundiendo mi cabeza en su pecho, el permanecía aun tranquilo, y me seguía hablando con suavidad en su voz, acariciando mi cabello…
-Amor… entiendo que te pongas triste, pero no hay nada que nos pueda separar ya, nunca más… yo estoy perdidamente enamorado de vos
-y yo de vos –le respondí con las lágrimas aun ahogándome en la garganta, mientras poco a poco salía de su regazo y me refregaba los ojos con fuerza- yo Frank… no quiero estar sin vos –le dije finalmente cuando pude hablar- yo… quiero saber que hay más allá de esta vida, y quiero que estemos juntos…. Cuando vos te mueras Frank… ya lo tengo decidido.
-Que tenes decidido amor?
-Cuando vos te mueras yo me mato.
Luego de mis palabras todo sucedió demasiado rápido: Frank me soltó, se puso de pie de inmediato y abrió la ventana, la habitación se encontraba en un octavo piso, por lo que las cortinas volaron azotadas por el viento, él paso una pierna a través de la ventana y quedo con medio cuerpo asomando al precipicio.
Yo me incorporé de la cama de inmediato, yendo tras él, lo tome entre mis brazos y lo atraje nuevamente hacia dentro, lo abrace con fuerza y poniéndome sobre el comencé a gritarle…
-¿Qué creías que hacías Frank??? Estás loco o qué? Me queres matar de un susto?
-Qué hago? Que hago Gee?? Te hago reaccionar! Hacer lo que vos hiciste recién conmigo es exactamente lo que haría yo si te veo queriendo atentar contra tu propia vida!! Y muerto no voy a poder hacerlo!
Y de repente reaccione, y me sentí avergonzado, comprendí con claridad lo que trataba de decirme, de una manera por demás brusca, pero directa al fin. Y me sentí tan impotente de nuevo, desesperado, no tenía escapatoria… la única salida lógica que yo le veía a este dolor era mi propia muerte, sin el yo no quería existir…. Y se lo volví a decir…
-Es que Frank, yo sin vos… yo sin vos sé que no voy a poder!
-No vuelvas a decirme eso nunca más me oíste??! Eso sería el peor insulto que me podrías hacer, acabar con tu vida por seguirme en mi muerte…
-Es que yo, yo no soy como vos… yo soy débil, siempre lo fui… Frank cuando vos no estabas conmigo, no lo sabes pero yo me intente matar tantas veces… vos eras la única esperanza para mí, yo sin vos, no existo…
-Yo jamás Gee, jamás acabaría con mi vida a propósito, y si me amas como decís hacerlo, cosa que no pongo en duda, jamás tenes que hacerte daño a vos mismo, porque desde el cielo me vas a hacer poner muy pero muy triste… yo quiero que seas feliz, que te vayas cuando seas muy viejito, no ahora… amor, tenes tanto por que vivir…
-Es que lo único por lo que yo quiero vivir es por vos, vos sos el aire que yo respiro…
-Gee… eso es lo más hermoso que nadie me dijo nunca… por eso me siento obligado a hacerte recapacitar, te adoro tanto, no podría cargar con el peso en mi conciencia de que mi muerte sea responsable de la tuya!
-Esta bien… te prometo que voy a intentar ser fuerte, pero no sé cómo voy a hacer…
Realmente quería prometerle que iba a ser fuerte por él, pero aún no sabía cómo… hasta que se me ocurrió una locura:
- Si pudieras Frank me vendrías a visitar?
-Como un fantasma? Jajá
-Claro!
-Te prometo que si se puede lo voy a hacer, y voy a esperar, sin prisa alguna hasta el día en que nos reencontremos –dijo abrazándome, y besando mi mejilla dulcemente me recostó sobre él y comenzó a cantarme, casi en susurros, al oído hasta quedarnos dormidos:
Imagina que no hay paraíso,
Ningún infierno debajo de nosotros,
Arriba de nosotros, solamente cielo,
Imagina a todala gente
Viviendo al día...
Ningún infierno debajo de nosotros,
Arriba de nosotros, solamente cielo,
Imagina a toda
Viviendo
Tu puedes decir que soy un soñador,
Pero no soy el único,
Espero que algún día te nos unas…
Pero no soy el único,
Espero que algún día te nos unas…
Como un niño. Como un niño que conforman con un dulce cuando pide que lo lleven a Disney World.
Así me sentí haciéndole prometer algo que sonaba tan inocentemente adorable. Mi amado que vendría a visitarme del más allá para no sentir su pérdida por completo, a la espera de que estemos juntos nuevamente.
No creo en Dios, pero quiero creer en algo, y hoy sentí tan imperantemente necesario, abrazar esa inocencia, hoy necesitaba intentar creer.
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