martes, 16 de agosto de 2011

Capitulo 30


Gerard

“Through every forest, above the trees
within my stomach scraped off my knees
I drink the honey inside your hive
you are the reason I stay alive”


“I want to fuck you like an animal”


Música romántica, velas, pétalos de rosas de color blanco, desde la puerta de la habitación, por el pasillo, marcando el camino hasta la recámara principal… había comprado sábanas de algodón egipcio, la vendedora me dijo que era lo más exquisito que podía conseguir, pero yo sabía muy bien que lo más exquisito que podía tener en mi cama no era un trozo de tela, lo más exquisito que podía tener a mi lado ya era mío hace tiempo, él, mi vida, su nombre, que lo llevaré en el corazón para siempre, mi hombre… mi compañero de vida.

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El timbre sonó, dí una mirada rápida al reloj, ya era la hora, había mandado un auto a recoger a Frank al hospital, debía ser él, atravesé la habitación a toda velocidad y observe por la mirilla de la puerta, ahí estaba él, escoltado por un enfermero, abrí la puerta y me mordí los labios para no abrazarlo y llenarlo de besos frente al musculoso tipo que lo acompañaba, la verdad me daba un poco de vergüenza una demostración tan gay frente a un tipo que lucía tan hetero.

-Un poco frio tu novio –Llegue a escuchar que le decía al oído el enfermero a mi Frank
-No creas Javier, de frio Gerard no tiene nada...
-Eso creí con todo lo que me contaste durante el camino, pero como te saludo así nomás…


 Que les pasa a éstos dos que hablan como si yo no estuviera presente, pensé.

-Disculpan la interrupción pero que le contaste si se puede saber? –dije finalmente
-Su novio es adorable, -dijo Javier dirigiéndose a mí-  yo le hubiera partido la boca apenas abrió la puerta, si no lo hace usted lo hare yo, aunque creo que estoy en desventaja, me taladró la cabeza todo el camino contándome lo enamorado que está…

Frank sonrió pícaro a Javier y a mí ya se me estaba subiendo la rabia a la cabeza, fue entonces que Frank lo abrazo –muy efusivamente para mi gusto-  y lo despidió, agradeciéndole por haberlo traído. Finalmente el enfermero dejo la habitación.

-Siempre tan simpático vos no Iero?
-Te vas a quedar ahí parado celándome o vas a saludarme como corresponde?

Lo dudé unos instantes, pero el me tomó de la mano jalándome con fuerza, atrayéndome hacia donde estaba.

-Veo que recuperaste la fuerza…
-Estuve alimentándome muy bien para hoy…- Me dijo con una sexy sonrisa de lado-
-Bien… estuviste creando expectativas para ésta noche?
-Demasiadas… espero que no me decepciones
-Podría jurar que no vas a salir decepcionado de acá  -Le dije besándolo con toda la fuerza que me provoca el amor que le tengo-

Cuando nos separamos luego del beso, Frank comenzó a observar el lugar, vio los pétalos de rosa regados sobre el suelo, las velas…

-Me gusta… parece que tenes planeada una velada romántica…y esa música… quien es el que toca?
-No… no es nada…
-Pero decime, me gusta… quien toca?
-Es… es mío Frank…
-Dios!! Y cuando crees que conoces a una persona, te sorprenden por completo! Desde cuando tocas el piano? Y así de bien! –Se acercó al reproductor de música, se sirvió una copa de vino blanco y se sentó en el piso a escuchar con atención, yo siempre había escondido de todos el hecho que disfrutaba hacer otro tipo de música, no sólo rock, sino también música más romántica… y verlo a él disfrutando de un lado que desconocía por completo de mí no podía hacerme más feliz –

-No puedo creer como escondes esto… es hermoso Gee…
-No, sé…me gusta que no conozcan todo sobre mí…algunas cosas las quiero compartir solo con personas especiales…
-Entiendo… bueno, me gusta mucho, es diferente, pero me gusta…
-Gracias… vení, levántate –le extendí la mano para ayudarlo, pero frunció el ceño poniendo esa expresión de rebelde, levantándose sólo, sin mi ayuda.

-Estoy bien Gee, no necesito un enfermero, Javier ya atravesó la puerta, acá necesito a mi novio.
-Ok Frank, tampoco es para que reacciones así…además querrás decir marido, sino para que mierda llevo éste estúpido anillo en el dedo?  - Le dije abriendo mi mano enseñándoselo.
--Es verdad… sos mi marido, -Me dijo mientras pasaba sus brazos alrededor de mi cuello, colgándose dé mi con todo el peso de su cuerpo
-Hayyy Frank estás hecho una plumita! no pesas nada… estás seguro que te estuvieron alimentando bien en el hospital?
-Estoy muy fuerte, queres que te lo demuestre?
-No se… no quiero hacerte mal…vayamos despacio
-Despacio? Naaa eso ya lo intentamos, te acordas? Con el Tántra? Y los dos sabemos muy bien que nos gusta rápido, salvaje y violento –dijo mordiéndome el lóbulo de la oreja, sacándome sangre- bueno… no muy rápido, me corrijo jaja.
-Hay!! –grité llevándome la mano a la oreja, él relamía la gota que se le escurría desde el labio

Yo no podía más que mirarlo extasiado, admiraba la forma en que pasaba de ser la imagen más tierna del mundo, a ser la visión más sexual del planeta en escasos segundos. Corrí esos escasos metros a su encuentro, pisoteando los pétalos de las rosas a nuestro paso, nuestros cuerpos se encontraron con pasión, con violencia, parecía más una lucha que un encuentro de dos amantes, una lucha por desprendernos de nuestra ropa, sin dejar de besarlo le quite a tirones los pantalones, destrocé su remera a la mitad para lamer y morder su pecho y lo empujé en dirección al cuarto, caí sobre él en la cama, y el giró, cuando quise volver a agarrarlo, me empujo sobre la cama, se puso de pié y encendió la luz.

-No pienso hacerlo a oscuras, no quiero perderme de nada

Sonreí aún agitado, y el volvió a acercarse, me senté en la cama

-En que momento me rompiste la remera? –dijo viendo que colgaban jirones de trapo de su hombro

Sonreí de nuevo y solo me encogí de hombros como si no supiera de lo que estaba hablando

-Bue…no importa… en que estábamos?

Yo me quede ahí en la cama, sonriéndole embobado, todavía estaba con toda mi ropa puesta, sin dejar de sonreír, pensando en lo que se venía, pensando en lo que Frank me haría, estar expuesto a ese hombre, a MÍ hombre nuevamente, daba adrenalina, Frank era muy dulce, sí, y también era peligroso, nunca se sabía muy bien a qué atenerse cuando él estaba caliente, pero me encantaba el hecho de estar librado a su voluntad, de jugar con la posibilidad de estar “indefenso” frente a lo que el disponga.

-Te vas a quedar ahí sonriendo como un idiota Gee? O te vas a portar como un hombre en nuestra primer noche como hombres casados?  –Me desafió

De nuevo solo me encogí de hombros y sonreí, haciéndole ojitos, quería provocarlo

-Ahhh ya veo, el señor no dice nada, quiere provocarme… creéme que te va a ir peor si te haces el bebé Gee… hoy no tengo ganas de ser tierno…
-Jajaj… se te nota, te creés que no te conozco? Sorprendéme bebé –le dije mordiéndole el escorpión de su cuello
-Auuch! Con el escorpión no te metas eh! Que él no te hizo nada… porque no me mordes más abajo?

No me dejo ni quejarme, me tomó de la cabeza y me hizo bajar por su pecho hasta quedar de cara justo enfrente de su bóxer a rayitas.
Tampoco es que fuera a negarme, con el brazo lo aleje haciéndolo recostar sobre la cama, le quite el molesto pedazo de tela que lo cubría dejándolo desnudo por completo, acaricie su pecho, me detuve a observarlo, a contemplarlo mejor dicho… lo besé y seguí bajando, continué deslizando los labios justo hasta donde el me había ordenado que lo bese: “más abajo” , había pasado tanto tiempo desde la última vez que estuvimos juntos! Me deleitaba sintiendo nuevamente su sabor, sentía como se iba endureciendo dentro de mi boca, mientras aumentaba el ritmo de mis besos, sentía sus gemidos que soltaba sin vergüenza en absoluto, volvió a tomar mi cabeza para introducirlo todo de un solo golpe en mi boca y me presiono con fuerza causándose a sí mismo un orgasmo que resonó en toda la habitación.

-Ahhhyyy Diosss como extrañaba esta sensación!! -Dijo

Alce los ojos para verlo, sin dejar de besar y lamer la humedad que ahora desprendía, acariciando su espalda, introduciendo mis dedos en él, quería causarle todo el placer que él se merecía, lo veía morderse los labios, contenía algunos gritos, se agitaba, otros los dejaba salir, rasguñaba las sabanas, yo lo seguía atendiendo hasta que aguanté más, ya era hora del siguiente paso.
Se acercó a mí, comenzó a desabotonar mi cinturón, me quite la remera y el me saco los pantalones, se sentó sobre mí y comenzó a moverse hacia delante y hacia atrás, con una mano sobre mi hombro para sostenerse, mientras que yo con mi mano acariciaba su espalda y la bajaba nuevamente para introducir mis dedos en él

-Se nota que hace tiempo que no lo hacemos Frank… está algo encogido el asunto ahí atrás no?
-Para eso están las cremas… Tenés?

Me estire como pude sin dejar que Frank se separe de mí, para alcanzar la mesita de luz y revolví entre los cajones, pero no había nada…

-Me parece que no vamos a tener que hacerla a la antigua… lo podes soportar?
-Si… estoy tan caliente que no creo que me duela…
-Ayudame con…

No tuve ni que decirlo, él ya me estaba quitando el bóxer y haciéndolo un bollo lo arrojo contra la pared. Con la mano con la que lo sostenía por la espalda lo acerque y lo hice subir comenzando a penetrarlo despacio, su expresión era de dolor al principio, pero rápidamente cambio por aquella de lujuria a la que siempre me tuvo acostumbrado, él se movía con fuerza sobre mí, pero yo necesitaba sentirlo de otro modo, necesitaba sentirme amado…
Noto como yo no estaba completamente “concentrado” y se detuvo.

-Te pasa algo Gee? Te noto distraído…
-Es que… quería que fuera más especial… parece más de lo mismo… no quiero que seamos como esas parejas que tienen sexo violento y ya no hacen el amor y…

Vi como reboleaba los ojos, y luego sonreía, sin salirse de mi arqueo la espalda para hacerme callar con un dulce beso, con mi cara entre sus manos comenzó a moverse casi imperceptiblemente, muy despacio, su aliento chocaba contra el mío, los movimientos no tardaron en hacerse apenas un poco más rápidos, a la par que las respiraciones se agitaban, soltó una de las manos con las que me sostenía de la cara para llevar sus dedos a mi boca, los introducía y los sacaba, yo tome su mano para besarla con fuerza, atraje su trasero hacia el mío para sentir con más intensidad, sin dejar de mirar, sin correr la vista de sus enormes y brillantes ojos verdes, me vine dentro suyo, provocando lo mismo en él.

-Intenso eh?
-Mucho mejor –le respondí entre besos, acariciando su espalda-
-Por cierto… me gustan estas sábanas…son tan suaves…
-Si… son lindas… pero a mí no me gusta lavar, así que mañana se van derecho a la basura
-No! No las tires… son el recuerdo de nuestra noche de bodas Gee…
-Quien te entiende? Ahora pusiste el botón de “Frank tierno” –Reí-
-Yo las mando a la lavandería, no te preocupes. –y sonriendo se subió sobre mí, levantando mis piernas me dijo:

-Listo para una segunda vuelta Gerard Way Iero?
-Eh?? Ya?
-Sí, pero ésta vez a mi manera!



:P

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